El inverosímil episodio ocurrió en la medianoche de ayer en la zona roja. Una travesti que había sido mencionada como víctima de una red de trata fue aprehendida con droga oculta en sus oídos.
Una travesti de nacionalidad peruana fue aprehendida anoche en la zona roja de la ciudad pese a que, cuando la policía la requisaba, ocultó en la cavidad de sus oídos dos pequeñas bolsas de cocaína.
En tanto otra persona, también travesti pero de Ecuador, fue sorprendida en el mismo momento en que realizaba una transacción, por lo que fue acusada del delito de “entrega onerosa”.
Lo singular de estas dos aprehensiones es que se produjeron en el marco de un operativo originado en una publicación en la red social Twitter. Ayer por la tarde un usuario escribió que al pasar por la zona de Champagnat y Rivadavia observó a travestis vendiendo estupefacientes.
A partir de ese dato, personal de la fiscalía de drogas de esta ciudad se comunicó con la comisaría cuarta y ordenó una tarea de verificación por la denominada “zona roja”, que abarca Belgrano a Luro y Champagnat y a Jara.
La primera de las aprehendidas resultó ser una travesti con innumerables causas por infracción a la ley de drogas. “Pero siempre, como las cantidades que tienen son menores o como en este caso no tienen encima, pasan algunos días detenidas y salen en libertad. También muchas veces se declaran nulos los procedimientos por razones técnicas o porque, simplemente, no es considerado suficiente el testimonio del funcionario policial”, confió un vocero judicial a este medio.
La travesti ecuatoriana fue sorprendida con 2.000 pesos que acababa de cobrar de una transacción observada por la policía que, además, demoró al comprador con un envoltorio de cocaína.
Poco después fue interceptada una travesti que figuraba en una investigación de la Justicia Federal como víctima de trata de personas, es decir que era explotada y obligada a vender estupefacientes. Pese a lo avanzado de esa causa, con personas aprehendidas incluso, la travesti regresó a la actividad en la zona roja.
El sitio en el que ocultaba la cocaína esta vez generó asombro en los policías: durante la requisa se descubrió que tenía dos tapones en sus oídos. Intento decir que eran algodones para paliar el dolor causado por el frío, pero finalmente se supo que eran envoltorios con cocaína.